YayBlogger.com
BLOGGER TEMPLATES

domingo, 8 de diciembre de 2013

Nostalgia Vespertinas

Aunque ya han pasado demasiados días.. Aún llevo tatuadas sus palabras en mis ojos, en mi mente; no consigo entender el porque de las cosas.. Me invaden las pesadillas vespertinas, intento mantenerme sobria, dejar de lamentarme por el pasado, dejar de lamerme la herida. 
Nostalgias, nostalgias que inundan las tardes, donde estoy sola, pensándote, Nostalgias, donde ya no se encuentran ese abrazo por la espalda.. Ni una mano apretando la mía. Una noche sin luna, una tarde sin Sol. Así se volvieron mis días.
Nostalgias, de no estar a tu lado, de no ver tu sonrisa pícara, de no ser quien aconseje tus pasos, de no poder llamarte mío, ni siquiera poder espiarte, porque el hecho de espiarte me partiría más el alma.. Es doloroso sabes? No poder contarte mis días.. ni mis turbaciones.. Es complicado el sentimiento.
Ya no existe la separatidad, que tanto Fromm describía. porque no es que ya no crea en el amor, porque si creo en el, pero ya no en el nuestro.. Porque el amor no te hace menos, el amor, tiene como finalidad, hacernos crecer.. Darnos cuenta de que trabajar es amor y amamos por lo que trabajamos.. pero dime, ¿En que fue en lo que trabajamos? ¿Dónde esta todo lo que construimos? ¿Porqué se que si ya no estas conmigo, no puedo dejar de a veces pensar en ti?
Vespertinas.. vespertinas parecen mis caricias, que pueden ser ya de otro cuerpo, Que no me finjan un amor.. Que me sean sinceras… Caricias.. Caricias que mi cuerpo da … Que me dan paz..
Quizá no sea tu piel.. Pero su piel es cálida, y sus besos son sinceros.. ¡Pero no son los tuyos! Desearía poder llegar a decirte que ya no te amo.. pero es difícil, porque es una mentira que aun no me creo.
Me basta con saber que eres feliz, que

la quieres… Y puede que algún día yo este con alguien.. Que me de mi… Familia de verdad…

No era necesario

No era necesario ver tus ojos para saber que ya no me querías, pues tus manos ya no tocaban mi rostro, ni bordeaban mi cintura, ellas ya no sentían mi cuerpo. 
Mi perfume ya no era tu aroma favorito. Ni con la distancia más corta me distinguías entre los demás. 

No era necesario ver tus ojos, pues las historias que solía narrar y que tú escuchabas con mucha atención ya no te causaban impresión, ni mucho menos te sorprendía o sonreías por mi forma de relatar los libros que exageradamente solía contar.
Ya no suspirabas al escuchar mi voz, aún recuerdo que decías que era el analgésico que calmaba tu interior. 

Ya no pedías que te cante una canción y que toque torpemente tu guitarra, para admirarme con compasión y admiración.

No, no era necesario ver tus ojos para saber que ya no leías las notas que dejaba en tu habitación, bajo tu almohada, en el bolsillo de tu abrigo, en tu cuadro favorito, en el espejo de tu sala o en algún rincón.

O que te tome de la mano para bailar en los pasillos del edificio donde vivías, esa canción que ambos teníamos en la mente y no teníamos ni idea de cuál era.
No era necesario ver tus ojos, pues ya no me besabas con pasión, tus labios habían perdido movimiento, intensidad y fuerza.

¡No era necesario! Pues ya no me escribías de madrugada y ya no hablábamos por noches enteras. Ya no salías a tu azotea para observar la luna que ambos contemplábamos a la misma hora, en diferente lugar.

No era necesario ver tus grandes y hermosos ojos negros que me enamoraban con tan solo recordarlos, que me intimidaban hasta el punto de no poder respirar. Esos grandes ojos negros que con tan solo imaginarlos vuelvo a caer en los recuerdos, y a veces lloro desconsoladamente sin saber entender ¿por qué?… Luego entendí que ya no me querías, porque había alguien más

Polvos de recuerdo

Yo te di mis versos, mis noches, mis besos y mis caricias a cambio del brillo de tu sonrisa.
Te preste mis ojos para que vieras el mundo a mi forma, mientras tus pestañas tenían una danza con mis pupilas.

Te obsequie mis ilusiones, mis metas y mis sueños, para que con ellos forjáramos nuestro futuro.

Y me quede, ciega, vacía, con insomnio, y me ennegreció el alma, y me fui muriendo poco a poco, como cuando una estrella muere, así, sin luz, sin satélites, sin nada, así me dejaste.”

Y allí estaba , llorando sin parar mientras veía pasar los vagones del metro, mi corazón latía más y más rápido, quería verlo, explicarle las cosas, rogarle que no me dejará, que sin él sentía que la vida se me iba; quería que me abrazará y dijera: “Esta bien, todo está bien, te amo y saldremos juntos de está”…
Cuando por fin logré salir del vagón repleto de gente, camine por las calles donde él siempre me conducía a su casa, mientras las gotas de lluvia cubrían mi rostro, y se perdían con mis lágrimas.. Mi nariz comenzó a sangrar .. y cuando por fin llegue a su puerta, el jamás abrió, jamás quiso saber todo lo que tenía por decirle…

Y allí esperaba, llorando frente a una puerta mientras sangraba, cuando lo único que quería era arreglar las cosas.

Cuando por fin reuní el valor para hablar con el, lo único que sabía decir era: “Lo siento, por favor, perdóname, se que hice mal, se que me deje llevar, que no me pude controlar, pero de verdad, te juro que te lo iba a decir, aún sabiendo que podría perderte, por favor” ; y él, no pudo ser más cruel conmigo, “No, no y no, quién ama no traiciona, y tu, tú mataste todo el amor que podía sentir por ti, yo daba la vida por ti, por nosotros, te defendí de mis amigos, aunque ellos decían que eras demasiado poca cosa para mi, y vaya que si lo eres… TÚ NO ERES UNA MUJER DE VERDAD, LAS MUJERES DE VERDAD SE DAN A RESPETAR Y TU, TU NI ESO SABES HACER”…

Yo no pude más, solo le dije; “¡Basta!, se que cometí un error, soy humana, tengo errores, pero no puedes seguir diciéndome cosas así, tienes una mamá y una hermana, por lo menos, por respeto a ellas o al género, respétame.. No te preocupes, ya entendí, no volveré a molestarte..”

Al terminar de decir esto, solo dijo: "cálmate, por favor, me exalte", y yo.. Descuida.. Ahora me ha quedado claro, que es lo que piensas de mi…”

Entonces es así como decidí que terminará , como una buena cobarde no tuve la fuerza suficiente como para enfrentarlo y decirle que no estaba dispuesta a tener su amistad, que después de haber probado las miles de su amor, como una niña adicta al azúcar, me convertí en una adicta a sus labios, a su piel, a los hoyuelos de sus mejillas, No reuní la entereza suficiente como para decirle: Basta, me marcho.

Solo tome la ventaja de la distancia, me desaparecí de su vida… Y así como me fui, el no volvió.. Ni me busco, fue exactamente como el dijo.. “Será como si nunca hubieses aparecido en mi vida”…

Y aquí estoy yo, escribiéndole a quien no debo, pensándolo aun sabiéndolo ajeno.”

Polvo de recuerdos, Petite Lenore